El Ferry en el que viajamos hasta Varkala.
En el interior del Ferry: las divagaciones de la Mariajo.
La carica lo dice todo. Menudo pedazo de pescao se zampo la zagala.
Una bella playa con un bello especimen...
Asi veia la playa desde el acantilado.
Puesta de sol sobre el Indico.
Ahora si les doy motivos para que me tomen por un italiano.
Este es el pescado que Victor regateo: un "Banana Leaf".
Poniendo el culo duro por las calles de Varkala Town.
Victor rojo-gamba y yo morena-gitana ( y culo de cubana).
Decidimos, con mucha fortuna, no emprender un nuevo viaje en bus hasta el proximo destino (tras la ultima experiencia yendo a Cochin) y, esta vez y, a pesar de la poca celeridad con la que llegariamos a Varkala( 75km en 7 horas), cogimos un ferry que nos llevara desde Allapuzza ( ciudad a la que si tuvimos que llegar en bus desde Fort Cochin) hasta Varkala Beach. No fue un trayecto tan romantico y lujoso como ir en los famosos "blackwaters" de los que teneis imagenes arriba, pero valieron la pena las horas que empleamos en llegar: los paisajes y las vistas que disfrutamos en el camino fueron espectacularmente bonitas, dibujadas por 75km de extensos manglares tropicales.
Esperabamos encontrar en esta playa una pequena replica de las sensaciones y experiencias que vivimos en Palolem, pero no podia ser lo mismo...nunca puede ser igual que la vez anterior ni podemos pretender que lo sea...seria inutil malgastar el tiempo que aqui tenemos en recordar lo que ya hemos dejado atras y no disfrutar de lo que a nuestro paso iremos encontrando, siempre
que viajemos con los ojos cerrados y el alma abierta de par en par...
que viajemos con los ojos cerrados y el alma abierta de par en par...
Esta vez la playa la formaban un bonito acantilado sobre el que se ofrecia el gran repertorio de chiringuitos playeros, de sombrilla, arena, brisa y risas amenizadas, en ocasiones, por una cerveza fria y un buen plato de pescado fresco (mirad la foto: cocinado el pescado que, previamente, Victor eligio medio vivo y regateo por supuesto, dentro de una exotica hoja de banano) o bien, los ya consabidos Thalis indios, esta vez y en este lugar, mucho mas occidentalizados (no se comian con las manos).
Han sido 5 dias en los que recargar el espiritu, el estomago, las conversaciones necesarias y fructiferas entre dos viajeros, a veces arriesgados, a veces inexpertos, otras atrevidos y asalvajados, otras precavidos y temerosos,...pero siempre ilusionados por aprender algo de este viaje y de todo esto que nos ha unido en Murcia y nos ha traido hasta aqui.
Ayer, decidimos que ya es hora de empezar a subir (hemos llegado ya al punto mas al sur por la costa oeste) y hoy, en eso estamos: tirados en el pueblo de Varkala desde las 10 de la manana, hora a la que vinimos a la estacion de tren a comprar (esta vez, por nosotros mismos y no a traves de agencias de viajes que nos roban comisiones de 2e!, tiempo, aventura e independencia) los billetes de tren para viajar esta noche en sleeper-class hacia Madurai.
Manana a las 5 y media de la manana llegaremos sin saber lo que vamos a encontrar: somos totalmente libres y poco mas expertos. Y eso, nos hace sonreir de nuevo.