lunes, 17 de mayo de 2010

MANALI Y MCLEOD GANJ: EL HIMALAYA


Llegada a la estacion de Chandigarh a las tres de la manana: era un mendigo mas...

Cada dia nos despertabamos con estas vistas.

Desistimos de nuestro deseo de banarnos en este rio cuando comprobamos su temperatura.

Asi se quedo su cuerpo y su cara tras 3 dias de vomitos y cagalera...

Aqui teneis el vehiculo domestico de la zona y de donde sacan un sabroso queso: YAK

Los lugarenos del pueblo y su dia a dia.

Casa tipica de la zona y en la que podias alojarte.

El paseo le remato el estomago y la poca fuerza que le quedaba.


Tambien hay vacas a 2000m de altura.

Habeis visto alguna vez una cabra igual?.

Necesitaba abrir los brazos para respirar de este aire.

Oso a dejar cortarse el pelo por aquel buen hombre y en aquella peluqueria de esquina.

Camino de Manali a McLeod Ganj: no podia con mi alma...

Los budistas tibetanos orando en su templo: Templo Tsuglaghang.

Interior del Templo.

yo-yoyo-yo-yo quieroooooooo el cuchilloooooooooo!!!!!!!! jeejeejeeee
(Eddy Murphy).

Fieles que acuden al Templo.

Comida puramente tibetana: el pan estaba crudo.

Por suerte no se movia nada dentro de este plato...

La ultima cena en La India: quisimos que no fuese spicy.



Abreviare esta vez los detalles sobre el camino desde Varanasi hasta Manali (en la provicia de Himachal Pradesh, al lado de la frontera con Cachemira y con China): 20 horas de tren nocturno que nos dejo a las 3 y media de la manana en la estacion de Chandigarh donde, tras lavarnos la cara con agua fresca que nos abriera los ojos a esas horas y el espiritu para seguir el camino que nos quedaba por recorrer hasta Manali, cogimos un bus a las 5 de la manana, que,inexplicablemente o, de manera usual en estas tierra y con esta gente, nos estaba esperando para salir ( era el unico bus que iba ese dia hacia Manali y llegamos 2 minutos antes de que arrancase...increible!!!!). Fueron 13 horas en la parte trasera de aquel bus que cada vez se iba introduciendo mas en la garganta profunda del Himalaya y provocandome nauseas insoportables que solo paliaba con el deseo de que la siguiente curva en la siguiente pendiente de la siguiente montana fuera un poco menos aguda...
Al llegar, por un momento, se evaporaron mis mareos nauseabundos al mirar alrededor y contemplar la maravilla que nos recibia en aquel lugar: solo puedo explicarlo, en parte, mostrandoos las fotografias de estos paisajes, de este entorno y de su gente.
Pasamos frio: escalofrios producidos por la escarcha que descendia de aquellas montanas y de sus cascadas y de aquellos otros que te genera el estomago cuando evacua mas de lo necesario y cuando solo necesita estar vacio de alimento y de actividad.
Alli reposamos, tumbados en la cama y con aquellas vistas de entretenimiento y de pasatiempo, el dolor gastrointestinal que nos provocaron dos meses de fritangas adquiridas en trenes nocturnos, thalis de carretera, spicy food de desayuno y chicken con extranas salsas y condimentos varios que alinaron nuestro intestino hasta explotar.
Asi pues, tras dejarles en herencia a los habitantes de Manali los sagrados aposentos de nuestros enfermos estomagos, cogimos un jeep privado esta vez (no mas buses por quellas carreteras) que nos llevara a nuestra ultima parada en India: Dhamarsala.
En este pequeno y recondito pueblo se encuentra el gobierno tibetano exiliado y su lider espiritual: el Dalai Lama. Ademas de ello y, por supuesto de su paisaje-continuidad del que disfrutamos en Manali, no hay mucho mas que transitar entre sus calles y sus atracciones.
Fuimos fieles observadores de la dulzura y la amabilidad de esta gente y del sufrimiento que llevan grabado en sus gestos y en sus sonrisas esbozadas por cortesia y sin demasiada fuerza. Comimos de la dieta que los alimenta y de las oraciones que los hacen sentirse un poco mas libres en este exilio forzado e injusto. Visitamos el Templo que los reune, los ensalza, los agrupa, los incluye dentro de la exclusion y los hospeda y los aloja entre sus salones de puertas abiertas.

Nos llevamos de aqui, gracias a un zapatero callejero que nos las adhirio en las mochilas, las banderas de la India y del Tibet libre que nos ha hecho sentirnos tambien a nosotros, durante dos meses, un poco mas libres en un viaje de libertad y suenos, de propositos y de retos, de superaciones y de esfuerzos, de sacrificios y de meritos, de locuras y razones medias que nos lanzan a estos caminos y nos devolveran a donde partimos o a un nuevo destino...por ahora nos vamos a Tailandia. Alli nos vemos.

1 comentario:

  1. Pobres gentes, menudos racaos les tuvisteis que dejar jajajaja cagones! un abrazo intrepidos aventureroooooosss.
    PD:Zapatero le ha bajado el sueldo a los funcionarios.... y ha emitido una orden de busqueda de Victor el cagón jejeje

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