VARANASI

En este asiento pasamos la noche Victor y yo: y todavia me piden fotos al despertar...

Primer vistazo a la ciudad desde la terraza mas alta, en nuestro hotel.

Una nueva ciudad caotica nos esperaba al otro lado del rio...

Todas las mananas miles de fieles acuden al rio a banarse.

Se purifican por dentro, pero se ensucian por fuera. !Aguica marron!

Como siempre, un caos. mucho movimiento, mucha gente, muchas cosas que hacer.

Entre la multitud, casi ni se nos notaba que eramos extranjeros.

Eran esquivos los jodios, no se dejaban hacer la foto en condiciones.

Paseando por las callejuelas de Varanasi. Con cantidad de turistas y aun asi mira como me miran.

Entre las callejuelas de Varanasi la gente hacia cola para entrar en los templos (interminables).

Personajes de todo tipo por aquellas calles.

Templos pegados a los Ghats del Ganges.

Sonriendo, ibamos a dar un paseo en barca...

por el Ganges y a remo.

Y en los Ghats montaban unas ceremonias multitudinales y muy espectaculares.

Ceremoniales

En esa frontera de Nepal nos "invitaron" a subirnos a un coche privado (con 6 personas ya dentro) y llevarnos hasta Gorakhpur por 200rupias y alli coger un tren con destino a Varanasi.

Conseguimos comprar unos tickets de tren a eso de las 8 y media de la noche y, tras mucho insistir en que nos confirmaran los dos asientos y no nos sucediera como en el tren hacia Calcuta. Nos fuimos hacia la estacion de tren y nos relajamos por que nos sobraba tiempo hasta las once de la noche que partia nuestro tren y porque estabamos en el anden correcto...Una vez mas, nos reto la suerte y, 15 minutos antes de que nuestro tren partiese, una curiosa y agradecida duda me rondo acerca de si estabamos o no en el anden correcto...no lo estabamos y salimos corriendo y nos lanzamos literalmente a un tren en marcha que tenia mas el aspecto de varios vagones de mercancias siniestros que Dios sabe donde nos llevarian... Y alli pasamos la noche..en una silla enclavados: nosotros dos, las mochilas y nuestras desvanecidas esperanzas de dormir por una vez en dos camas decentes...

Llegamos a Varanasi con la experiencia como equipaje de los ya conocidos conductores de auto-ricksaw que intentan, a prueba de bombas, que les des una direccion de hotel a la que llevarte y ganarse asi, unas rupias de comision...(diosssssss!!!!, nos recordaba a Delhi y a sus mafias) pero esta vez le dije al colega que probara con otros turistas que, conmigo, ya no colaba.

Varanasi fue distinto a todo lo que habiamos visto hasta ahora y, probablemente, a lo que veremos: una ciudad santa, transitada diariamente por miles de peregrinos y fieles que acuden a ella en busqueda de una ablucion en el Ganges que les purifique el alma y las arraigadas creencias en un rio impregnado de cadaveres, de cenizas, de escombros, de rituales y de esperpenticas ceremonias nocturnas y al alba que le aportan a este lugar ese halo de misterio y esencia que nos conmovio...Entre las calles, al otro lado del rio, los familiares portan el cadaver del difunto ataviado con telas y retales que cubran una descomposicion prematura y lo llevan hacia uno de esos Ghats en los que, abonando previamente el importe requerido, los queman con ayuda de maderas y del morbo de los curiosos que alli se encuentran...El olor impregna los alrededores y el recuerdo de los que alli estuvimos y lo presenciamos; y, a 50 metros, te venden el refresco y la comida que te haga digerir con mayor nausea ese momento y esa terrorifica situacion...Por lo menos, no vimos los cadaveres que flotaban en el rio (sin ser incinerados estos previamente; probablemente porque nadie pago por ello) y los animales alimentandose de ellos...

Una de las bellas imagenes de aquella ciudad fueron los templos dispuestos a lo largo del rio y enclavados, otros, entre los Ghats que componian aquel escenario y que daban una preciosa fotografia de aquel lugar y una vision diferente a aquel gore retrato.

Y, necesitados esta vez, de aire puro y de alejarnos de aquella polucion de trafico y ruido y suciedad y heces gigantescas de vacas por doquier, a un lado y, de crematorios tetricos y terrorificos al otro, nos fuimos en busqueda del ansiado HIMALAYA.