Calle principal de Yogikarta.
Paseando por las calles, atestadas de gente y de tiendas de Batik.
Un arreglillo al pantalon de todos los dias.
Artesania local: el Sultan y su esposa.
Tenian pasion por los pajaros. Una pajareria en plena calle.
Puerta del Palacio del Agua.
Las calles de Kraton: el casco antiguo de la ciudad.
"The Water Castle": No water, no castle.
Los quehaceres diarios vistos desde el Castillo.
Intentando llamar a mi madre con tecnologia local.
El templo de Borobudur.
En todas las paredes del templo narran la historia de Buda.
Sobre la base del templo, pequenas estupas con budas en su interior.
Como la esfinge de Egipto: bella, pero sin nariz.
LLegamos cuando todavia la ciudad dormia, excepto un anciano que trabajaba por la noche o que se habia levantado demasiado pronto y nos llevo en su bici-taxi hasta la zona hotelera mas reclamada por los autodenominados "mochileros", o "backpakers" que suena con mas clase y con ese acento anglosajon al que los espanoles, frecuentemente, recurrimos para referirnos a la misma cosa (como diria un latinoamericano...) dandole un sonido mas sonoro o con mas audiencia y que, en el fondo y a mi manera de sentir estas cosas, no es mas que un arma de doble filo con la que apunalar nuestra lengua y nuestras raices, que muy lejos quedan de aquellas tierras de te con pastas, de pudding sin aceite de oliva y de carreras de caballos sin faralaes y sin peineta.
Me permito ahora una reflexion cocida a fuego lento y tras muchos dias de encuentros, de observaciones y de salpicaduras de historias de otros que escuchamos de propia voz o de fabulaciones caseras, que tambien nos gustan y nos hacen seguir sonando: Hace unos dias, le comente a Victor que, desde aqui, desde la barrera, nos hemos dado cuenta, sin demasiada dificultad, que la insignia y el sobrenombre de "mochileros" no condecora a todo aquel que viaja sustituyendo la maleta de ruedas por una mochila a sus espaldas. Lo de mochilero llega a ser, una vez que pisas estas tierras, un titulo de condecoracion y merito que solo deberian recibir unos cuantos que ensucian sus mochilas con la grasa de los medios de transporte locales; que rompen sus zapatillas a golpe de caminatas eternas ahorrandose la comodidad de un taxi; que desayunan arroz blanco con hileras de guindillas reventando su estomago y su flora intestinal porque no frecuentan los restaurantes occidentales en los que te sirven el muesli con leche fresca y fruta abundante; los que tienen que tirarse a la carretera y esperar a que la buena voluntad de quien por alli cruce les suba a su automovil y les libre de una noche mas al raso, ya que no pueden ni quieren pagar la tarifa para turistas en un comodo tren-cama con cena para dos o en un autobus con asientos de piel reclinables y televisores de pantalla plana... "Mochileros" son los que consiguen recorrer paises, culturas, tradiciones, paisajes, fotografias, personas y vidas sin sentir, en un solo momento, que estan disfrutando de unas largas vacaciones. Y ese, ha sido nuestro trabajo en este viaje.
Ahora, comprendereis mejor que decidieramos subirnos a aquella bici-taxi y recorrer siete kilometros en una hora y media, con la recompensa de pagarle a aquel anciano, por su trabajo, un euro y limpia su mirada, durante todo el trayecto, de sufrimiento y de cansancio a pesar de arrastrar con sus menudos cuarenta y cinco kilos de peso y casi setenta de edad a nosotros dos y los veinticinco kilos de nuestras mochilas, a veces pedaleando y otras, empujando cuesta arriba hasta el proximo tramo llano de carretera.
No pudimos conseguir una habitacion en toda la zona, debido a un congreso musulman de importancia nacional que se celebraba esa semana en la ciudad y que habia congregado a todo el pais en la misma y alrededor de su Sultan, de sus creencias y de sus apologias sobre el deber y el sacrificio. Desfilaban, asi, frente a nosotros una pasarela de indumentarias y actitudes propias de la religion musulmana y tan distintas de aquellas otras, propias de India y parte de Indonesia (hinduismo) y de Tailandia y Laos (budismo).
Segun nos contaba un chaval de la ciudad, de esos sin oficio titulado pero con muchos diversos en la practica de la picaresca y la necesitada sabiduria en eso de prestarse para todo cuanto puedas requerir (taxista, guia turistico, relaciones publicas de hoteles y restaurantes, proveedor de cervezas y de cuantas sustancias solicites y primo de la senora de la lavanderia), el motivo de que, en los ultimos anos, se hubieran producido dos atentados en Bali (Kuta y Ubud), era debido al radicalismo integrista que profesan los musulmanes de la isla vecina, diferenciandolos de estos, que viven y pregonan su religion de manera mas tolerante y menos salvaje.
Llegamos a Yogikarta el famoso once de julio y todos los indonesios estaban preparados para el deseado triunfo de la seleccion espanola en su casi milagroso encuentro contra Holanda: banderas espanolas izadas en las calles con no se cual patriotismo, camisetas de la seleccion en los torsos de jovenes y mayores, anuncios en todos los bares de la ciudad de la programacion del partido en esa madrugada de lunes (se televisaria a la 1.30 a.m.) y pantallas de television en las avenidas principales, como anunciando la celebracion multitudinaria que tendria lugar tras el triunfo.
A partir de ese dia, fuimos felicitados por todo aquel que supo de nuestra nacionalidad con un entusiasmo y un orgullo que nada contaba de los kilometros y la cultura que nos separan.
Tras recuperarme lo suficiente como para poder recorrer aquellas calles, visitamos los anunciados templos y edificios turisticos de la ciudad: la "humilde" vivienda del Sultan del pais y de su plebe; el casco antiguo compuesto por abigarradas calles de piedra en las que despuntaban las humildes casas de sus habitantes y sus quehaceres cotidianos y que se disponian alrededor del "Castillo del Agua" que, como ellos mismos y con sentido del humor te decian "Ni Castillo, ni agua", ya que alli solo quedaban los restos que el terremoto sufrido hace unos anos alli dejo; la famosa industria del "batik" (trajes regionales tipicos, confeccionados con delicadas y floridas sedas) que alimenta las bocas de aquellas gente y la fama de su ciudad.
Solo Victor pudo disfrutar de unas de las visitas mas obligadas de la isla de Java (el templo budista de Borobudur) ya que esa manana, mi fiebre afloraba con ahinco y las fotografias que obtuvo dan sobrada muestra de su belleza.
A la manana siguiente, cuando aun el sol no habia salido, cogimos un taxi hasta el aeropuerto. Esta vez. no podiamos recurrir al medio mas economico porque necesitabamos estar facturando en 20 minutos. Desde alli, volabamos a Singapore.
Nos falto llegar a la isla de Sumatra; pero, ya teniamos fecha de vuelta a Espana y no nos daba tiempo y debiamos elegir y elegimos Singapore, Malasia y el sur de Tailandia.
Me permito ahora una reflexion cocida a fuego lento y tras muchos dias de encuentros, de observaciones y de salpicaduras de historias de otros que escuchamos de propia voz o de fabulaciones caseras, que tambien nos gustan y nos hacen seguir sonando: Hace unos dias, le comente a Victor que, desde aqui, desde la barrera, nos hemos dado cuenta, sin demasiada dificultad, que la insignia y el sobrenombre de "mochileros" no condecora a todo aquel que viaja sustituyendo la maleta de ruedas por una mochila a sus espaldas. Lo de mochilero llega a ser, una vez que pisas estas tierras, un titulo de condecoracion y merito que solo deberian recibir unos cuantos que ensucian sus mochilas con la grasa de los medios de transporte locales; que rompen sus zapatillas a golpe de caminatas eternas ahorrandose la comodidad de un taxi; que desayunan arroz blanco con hileras de guindillas reventando su estomago y su flora intestinal porque no frecuentan los restaurantes occidentales en los que te sirven el muesli con leche fresca y fruta abundante; los que tienen que tirarse a la carretera y esperar a que la buena voluntad de quien por alli cruce les suba a su automovil y les libre de una noche mas al raso, ya que no pueden ni quieren pagar la tarifa para turistas en un comodo tren-cama con cena para dos o en un autobus con asientos de piel reclinables y televisores de pantalla plana... "Mochileros" son los que consiguen recorrer paises, culturas, tradiciones, paisajes, fotografias, personas y vidas sin sentir, en un solo momento, que estan disfrutando de unas largas vacaciones. Y ese, ha sido nuestro trabajo en este viaje.
Ahora, comprendereis mejor que decidieramos subirnos a aquella bici-taxi y recorrer siete kilometros en una hora y media, con la recompensa de pagarle a aquel anciano, por su trabajo, un euro y limpia su mirada, durante todo el trayecto, de sufrimiento y de cansancio a pesar de arrastrar con sus menudos cuarenta y cinco kilos de peso y casi setenta de edad a nosotros dos y los veinticinco kilos de nuestras mochilas, a veces pedaleando y otras, empujando cuesta arriba hasta el proximo tramo llano de carretera.
No pudimos conseguir una habitacion en toda la zona, debido a un congreso musulman de importancia nacional que se celebraba esa semana en la ciudad y que habia congregado a todo el pais en la misma y alrededor de su Sultan, de sus creencias y de sus apologias sobre el deber y el sacrificio. Desfilaban, asi, frente a nosotros una pasarela de indumentarias y actitudes propias de la religion musulmana y tan distintas de aquellas otras, propias de India y parte de Indonesia (hinduismo) y de Tailandia y Laos (budismo).
Segun nos contaba un chaval de la ciudad, de esos sin oficio titulado pero con muchos diversos en la practica de la picaresca y la necesitada sabiduria en eso de prestarse para todo cuanto puedas requerir (taxista, guia turistico, relaciones publicas de hoteles y restaurantes, proveedor de cervezas y de cuantas sustancias solicites y primo de la senora de la lavanderia), el motivo de que, en los ultimos anos, se hubieran producido dos atentados en Bali (Kuta y Ubud), era debido al radicalismo integrista que profesan los musulmanes de la isla vecina, diferenciandolos de estos, que viven y pregonan su religion de manera mas tolerante y menos salvaje.
Llegamos a Yogikarta el famoso once de julio y todos los indonesios estaban preparados para el deseado triunfo de la seleccion espanola en su casi milagroso encuentro contra Holanda: banderas espanolas izadas en las calles con no se cual patriotismo, camisetas de la seleccion en los torsos de jovenes y mayores, anuncios en todos los bares de la ciudad de la programacion del partido en esa madrugada de lunes (se televisaria a la 1.30 a.m.) y pantallas de television en las avenidas principales, como anunciando la celebracion multitudinaria que tendria lugar tras el triunfo.
A partir de ese dia, fuimos felicitados por todo aquel que supo de nuestra nacionalidad con un entusiasmo y un orgullo que nada contaba de los kilometros y la cultura que nos separan.
Tras recuperarme lo suficiente como para poder recorrer aquellas calles, visitamos los anunciados templos y edificios turisticos de la ciudad: la "humilde" vivienda del Sultan del pais y de su plebe; el casco antiguo compuesto por abigarradas calles de piedra en las que despuntaban las humildes casas de sus habitantes y sus quehaceres cotidianos y que se disponian alrededor del "Castillo del Agua" que, como ellos mismos y con sentido del humor te decian "Ni Castillo, ni agua", ya que alli solo quedaban los restos que el terremoto sufrido hace unos anos alli dejo; la famosa industria del "batik" (trajes regionales tipicos, confeccionados con delicadas y floridas sedas) que alimenta las bocas de aquellas gente y la fama de su ciudad.
Solo Victor pudo disfrutar de unas de las visitas mas obligadas de la isla de Java (el templo budista de Borobudur) ya que esa manana, mi fiebre afloraba con ahinco y las fotografias que obtuvo dan sobrada muestra de su belleza.
A la manana siguiente, cuando aun el sol no habia salido, cogimos un taxi hasta el aeropuerto. Esta vez. no podiamos recurrir al medio mas economico porque necesitabamos estar facturando en 20 minutos. Desde alli, volabamos a Singapore.
Nos falto llegar a la isla de Sumatra; pero, ya teniamos fecha de vuelta a Espana y no nos daba tiempo y debiamos elegir y elegimos Singapore, Malasia y el sur de Tailandia.