domingo, 11 de julio de 2010

INDONESIA: LOMBOK


Primera puesta de sol de Sengigi.

En el Ferry: casi volamos.

Primera noche juntos: todavia no habian llegado Marta y Juan.

Morgan Freeman nos conocinaba cada noche un delicioso arroz.

Bajabamos a la playa al atardecer, para evitar que me diera el sol en las heridas.

Rebosantes de alegria en Suri Beach.

Buceando entre preciosos corales...

Disfrutaron como ninos jugando al boley, mientras comentaban el Mundial.

La recepcion de nuestro hotel en Suri beach.

No tenemos una foto mejor de todos...

Victor les toco una del Pescailla y se volvieron locos.

Va a practicarlo todo en estas aguas...

Ninas jugando en el agua.

Delante de una puesta de sol asi, debemos besarnos...

El volcan de Bali al fondo.

No hay nada en lo que no poder pensar delante de una imagen como esta...

Esperando a que el pescaito cogiera sabor...

Entre otras de sus sorprendentes habilidades, bailaba con fuego.

Dormimos en un resort de lujo y el calor del sol nos desperto bien pronto.

Nos despidio de esta manera...

"Maria" (como me llamo ahora...) paso miedo en aquel avion y dio un grito que escucho hasta el capitan, al sentir (como producto de su temerosa imaginacion) que el vehiculo caia en picado, frente a lo que eran habituales turbulencias. Hubiera necesitado, en ese momento, estar volando con una exotica y adinerada compania de los Emiratos Arabes que me sirvieran una copa de vino con la mejor de las sonrisas, que paliara la ansiedad y el malestar que se apodero de mi, de la manera mas estupida.

Retrasando nuestro reloj una hora mas (cada vez estabamos mas cerca de las antipodas y mas lejos de Espana...) a nuestra llegada a Bali, pero manteniendo el reloj del movil con hora espanola para sentiros siempre cerca y "no perder el norte", una vez que ya habiamos entrado en el hemisferio sur; recogimos nuestras mochilas de la pasarela del aeropuerto y ya estabamos preparados para iniciar un nuevo trayecto (esta vez, por tierra) hacia Lombok.
Lombok (para los que, como yo hasta ahora, no lo sepan) es la isla situada al este de Bali, a la que pretendiamos dirigirnos ya que habiamos planeado un recorrido del pais del este al oeste, y, por tanto, aterrizamos en Bali pero no queriamos quedarnos alli, de momento.

A la salida del aeropuerto, en la "oficina" del taxi pre-pago, conocimos a Meduza en un primer encuentro interesado: si compartia taxi con nosotros, se ahorraba unos eurillos y, a la vez, para Victor y para mi, siempre es una gratificante experiencia conocer viajeros y sus extravagancias y, Meduza, las tenia y la conviritieron en nuestra proxima companera de viaje, junto a todos los que llegarian mas tarde.
Asi pues, nos subimos a aquel taxi junto a la chica austriaca de 1.80m, pelo naranja y look casi agresivo, en direccion a Padangabi donde cogeriamos el ferry que nos llevara a Lombok.
No tuvimos en cuenta, pese a la experiencia que nos avala, el ritmo pausado y la nunca conocida y practicada prisa de los asiaticos y de su particular manera de vivir el trabajo y llegamos a coger ese ferry casi anocheciendo, por lo que teniamos que pasar esa noche en aquel pueblo y a la manana siguiente hacer el trayecto planeado para ese dia.
En ese momento, llego David (de Gerona, salio de casa en diciembre sin la menor idea de ingles y tras siete meses deambulando solo y con un libro didactico, hablaba con fluidez y comprendia perfectamente) y alli pasamos la noche juntos, con una interesante partida de cartas: la austriaca, el girones y los dos murcianos.

Nos subimos al ferry de la manana siguiente desayunando un cono de arroz blanco condimentado con especias picantes y embasado en una hoja de palmera; nos esperban casi cinco horas navegando por el mar de Bali, sin haber decidido aun hacia que punto de Lombok nos dirigiamos. Como todo lo que nos ha sucedido en este viaje y a mi humilde forma de sentir la vida, no fue necesario buscar el lugar porque nos llego y con companeros: Meduza y David decidieron venir con nosotros a Sengigi (una de las playas con mas encanto y atractivo de Lombok) y a nosotros, se unian Nuria y Paula (dos amigas de Madrid), pero ellas ya lo sabian de antemano y habria un bus esperandolas al atracar el barco.
En Sengigi, nos esperaban tres bonitos bungalows, aunque no en la arena de la playa, como habriamos deseado y un showman de recepcionista-camarero-proveedor de sustancias varias y companero de veladas sin invitaciones previas, que se hacia llamar "Leonardo" ya que, segun nos contaba en un estado demasiado invadido por todo menos por cordura y sobriedad, era conocido como el Leonardo di Caprio de Lombok por sus romances con feminas turistas que superaban la famosa historia de aquel y su atractivo; atractivo, que solo era producto de un gran amor propio y de un escaso sentido del ridiculo o de una necesidad fervorosa y ciega de sus conquistas y affairs.
Pero, no encontramos alli la playa paradisiaca y espectacular que veniamos buscando y que, tantos anos atras, venian relamiendonos los labios postales de algun afortunado y carteles publicitarios de agencias de viajes. Nos hizo falta para llegar a ella, subirnos a un "bemo" (transporte publico indonesio con imagen de furgoneta y sin puerta trasera) y subir una hora mas hacia el norte de la isla; alli, comence a sonreir y me basto tumbarme en aquella arena y observar a Victor feliz jugando como adolescentes con sus nuevos colegas. Por un dia, fuimos un grupo de amigos "domingueros" en una playa de revista.
Se llamaba Suri beach y entre dos hoteles de lujo, Trip se habia construido una parte de si mismo y de su encanto en aquel lugar maravilloso y le habia dado forma de chiringuito playero decorado con sus corales y su elegancia y vivienda de si mismo y de todo aquel a quien le apeteciera.

Volvimos al dia siguiente, con el convencimiento y la luz necesarias para sentir cada momento de ese dia, dentro de unos anos, como un recuerdo de hazanas y fortuna. Trip no dejo de sonrerir durante los dos dias que pasamos con el y de ofrecernos su casa, su lugar, su humildad y su belleza: no podiamos perdirle mas a ese momento y yo necesitaba vivir algo asi, que recordare por siempre.
Acampamos en su pedacito de playa y nos dejamos llevar por el sonido del mar y las guitarras, la voz de Meduza y su particular magia arrolladora y energica, el olor del pescado asandose en la arena y la complicidad de nuestras historias y nuestros suenos unidos, ese dia y esa noche, con un cordon invisible que nos hace unicos y especiales.

A la manana siguiente, debiamos seguir caminando sin David, sin Meduza, sin Paula, sin Nuria, Sin Juan y sin Marta y sin todo lo que dejabamos en ese pedacito de isla.
Me desperte con una calma apenada que me recordaba que, determinados momentos tienen su tiempo y su espacio y que perderian su esencia si pretendiesemos alargarlos por nuestras imaginadas necesidades: nos despedimos de nuestros nuevos amigos y de nuestra familia en Lombok con la luz y la tranquilidad necesarias como para creer, con el corazon, que debiamos seguir nuestro camino solos, igual que lo habiamos comenzado y deseando que, algun dia, volvamos a encontrarnos.

Estabamos, de nuevo, Victor y yo; dirigiendonos, esta vez, hacia Gili Air.

1 comentario:

  1. Qué grupo más gracioso! No me extraña que estéis alucinando con aquellos paisajes. Aunque no comento a menudo, ya sabéis que os sigo a muerte!

    Oye, Morgan Freeman, Leonardo DiCaprio...? Cuando encontréis a George Clooney, avisadmeee!!! El recopetín!! (pero que sea una copia buena, ehhh)

    Y espero ver fotos de cómo la liasteis celebrando la copa!! Besicos!

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